Buenas noticias en Uruguay, porque un grupo de científicos logró desarrollar piel sintética proveniente del colágeno extraído de tendón bovino, para abaratar costos y permitir que el acceso a estos tratamientos para las quemaduras y daños severos a la piel sea asequible para una mayor parte de la población charrúa.
El descubrimiento, que se suma a una invención similar desarrollada en Chile pero producida a partir de productos marinos, ahora será sometido a diversos estudios con la finalidad de que pronto esté disponible para su uso médico y, por qué no también, para la exportación.
El equipo de investigadores de la Facultad de Química de la Universidad de la República, encabezado por el experto Alvaro Mombrú, trabajó durante cuatro años en la elaboración de este tejido.
En Uruguay actualmente cuesta unos US$4.500 importar un segmento de piel sintética de 20 por 20 centímetros desde Estados Unidos, por lo que el impacto social de la investigación será muy elevado y positivo.
“Eso es mucho, más si se tiene en cuenta que para el tratamiento de una persona se necesitan varios fragmentos. Por eso, como tal son prohibitivos, y en Uruguay se utilizan otros métodos que mitigan de alguna forma la situación de quemados”, explicó Mombrú al diario El País de Uruguay.
El uso de tendones bovinos uruguayos para elaborar la piel permitiría un costo muy inferior a adquirirla en el exterior, estimó la doctora Helena Pardo, también miembro del equipo investigativo.
El origen bovino del tejido fue escogido porque Uruguay es un país libre de Encefalitis Espongiforme Bovina (también conocido como el Mal de la Vaca Loca), condición excluyente para poder utilizar los insumos bovinos requeridos para esta elaboración.
La siguiente etapa del estudio será probarla en cultivos celulares y luego realizar ensayos clínicos. “La idea es que a mediano plazo sea un producto disponible en Uruguay. (…) Y por qué no también exportable”, comentó Mombrú.
No obstante, para continuar con el estudio requieren de nuevos financiamientos y de ello dependerá el avance del proyecto.
“Los plazos están vinculados a la financiación. Muchas veces se dilatan porque no se consigue. Además, para producir este material a otra escala necesitamos otro tipo de equipamiento. Lo positivo es que pensamos todos los parámetros pensando en escalarlo y estudiamos todos los puntos clave para hacerlo”, concluyó el facultativo.