De acuerdo con las investigaciones de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, las hojas artíficiales pueden crear electricidad aún mejor que los paneles solares. Estos nuevos dispositivos están compuestos por un gel de base de agua, el cual se combina con sustancias sensibles a la luz — como la clorofila — para imitar la fotosíntesis. Mientras que los paneles solares están hechos con silicio, las hojas son mucho más ecológicas y menos costosas.
Las hojas artificiales están cubiertas por materiales como grafito o nanotubos de carbono. Los rayos solares activan las moléculas sensibles a la luz, lo que crea la electricidad. La semejanza con la naturaleza radica en que las plantas realizan el mismo procedimiento para sintetizar las azúcares que necesitan para crecer. La meta a corto plazo es mejorar esta técnica, pues aunque ha probado ser funcional, aún no se encuentra al tope de eficiencia.
Este mecanismo es promisorio, aunque hay que considerar que aún le resta mucho camino por recorrer antes de convertirse en una tecnología práctica. La idea a futuro es tener techos de edificios cubiertos con varias capas de estas hojas artificiales. Sin embargo, este concepto está bastante lejano todavía. Que el hombre consiga imitar (ya no digamos dominar) los mecanismos de la naturaleza es un sendero de largo recorrido.
Cada día estos avances nos acerca más y más a un futuro orientado a la sustentabilidad energética. Estados Unidos está poniendo toda la carne al asador para aprovechar las energías verdes. Están, por ejemplo, la iniciativa del CalTech para obtener combustible a partir de la luz solar; o la construcción de aviones impulsados mediante energías renovables. Y es que tras el derrame del Golfo, la política energética ha cambiado. El que haga más con menos será el que asegure su futuro.
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