Hello Moto, quién te ha visto y quién te ve, otrora faro de la telefonía móvil. Durante los últimos años te has mantenido a flote viviendo de las rentas del Razr. Razr fue, de verdad, tu golpe de suerte y talento, uno de esos giros inesperados del mundo de la electrónica. Antes del Razr todo el mundo buscaba cómo hacer el móvil más pequeño. Tú viste claro que el problema no era el tamaño, sino el grosor. Tú viste claro que el móvil ya no era un juguete de ejecutivos, sino un accesorio de moda.
Dicho y hecho, aquí estamos, año 2009 y 2.500 versiones después, con sus correspondientes cambios de color y carcasas firmadas por diseñadores de prestigio y desprestigio. Del Razr ya da vergüenza usar hasta el nombre. Es un cartucho quemado que no ha funcionado en sus últimas versiones. Tampoco el resto de la gama. Motorola, dicen algunos que eres una empresa de milagros. Cada cierto tiempo, cuando la cosa está chunga, pero chunga de verdad, eres capaz de sorprender con un teléfono y aguantar el temporal. Después de un año de volcar tus recursos en Android aquí vienes hoy, con el CLIQ bajo el brazo. En Europa lo llamaremos DEXT. En España, parece que será Movistar DEXT.
Le doy vueltas imaginarias a la carcasa tratando de buscar el golpe de genialidad que tenía Razr o la serie V, pero me cuesta encontrarlo. Tal vez sea necesario tenerlo en la mano. A primera vista no se diferencia tanto de otros Android del mercado, en concreto del G1, aunque el diseño es infinitamente más agradable. En prestaciones se acerca más al Hero de Orange o al Magic de Vodafone, imagino que por dentro, al fin y al cabo, todo sale de la misma fábrica o una muy cercana, aunque has tenido el detalle de incluir una toma de auriculares de verdad, de esas que el Magic y el G1 no tienen.
Reconozco que el teclado físico obra en mí el efecto contrario al que tiene en mucha gente. Ya no quiero teclas que no estén en la pantalla, sólo añaden grosor al móvil y soy torpe escribiendo en ellas. Cámara de cinco megapíxeles para presumir frente a los usuarios del iPhone y pantalla de 3,1 pulgadas con resolución HVGA (320x480 píxeles). Pecado capital, creo, es depender de tarjetas externas para la memoria. Viene con una de 2GB pero hoy en día 8 o 16 GB no cuestan tanto.
HTC ha sido durante un año el peor enemigo de Android y también su único amigo. Creo que finalmente han empezado a fabricar teléfonos dignos del sistema operativo de Mountain View. CLIQ hubiera sido un buen teléfono para presentar Android al mundo. Nunca hay una segunda oportunidad para una primera impresión.
La grandeza de este teléfono, lo realmente diferente, es que tus ingenieros han preparado un cocktail de redes sociales para servir frío en la pantalla de inicio, algo que, sinceramente, Nokia ha intentado con el N97 sin mucho éxito y que en menor medida tiene también la Palm Pre, en este caso mucho más integrado dentro del propio funcionamiento del terminal. Espero que en este caso la receta vaya mejor y hayas sabido dar con las proporciones exactas. Con CLIQ (o DEXT, tanto da) te juegas mucho. Yo soy de los que cree en las resurrecciones
Dicho y hecho, aquí estamos, año 2009 y 2.500 versiones después, con sus correspondientes cambios de color y carcasas firmadas por diseñadores de prestigio y desprestigio. Del Razr ya da vergüenza usar hasta el nombre. Es un cartucho quemado que no ha funcionado en sus últimas versiones. Tampoco el resto de la gama. Motorola, dicen algunos que eres una empresa de milagros. Cada cierto tiempo, cuando la cosa está chunga, pero chunga de verdad, eres capaz de sorprender con un teléfono y aguantar el temporal. Después de un año de volcar tus recursos en Android aquí vienes hoy, con el CLIQ bajo el brazo. En Europa lo llamaremos DEXT. En España, parece que será Movistar DEXT.
Le doy vueltas imaginarias a la carcasa tratando de buscar el golpe de genialidad que tenía Razr o la serie V, pero me cuesta encontrarlo. Tal vez sea necesario tenerlo en la mano. A primera vista no se diferencia tanto de otros Android del mercado, en concreto del G1, aunque el diseño es infinitamente más agradable. En prestaciones se acerca más al Hero de Orange o al Magic de Vodafone, imagino que por dentro, al fin y al cabo, todo sale de la misma fábrica o una muy cercana, aunque has tenido el detalle de incluir una toma de auriculares de verdad, de esas que el Magic y el G1 no tienen.
Reconozco que el teclado físico obra en mí el efecto contrario al que tiene en mucha gente. Ya no quiero teclas que no estén en la pantalla, sólo añaden grosor al móvil y soy torpe escribiendo en ellas. Cámara de cinco megapíxeles para presumir frente a los usuarios del iPhone y pantalla de 3,1 pulgadas con resolución HVGA (320x480 píxeles). Pecado capital, creo, es depender de tarjetas externas para la memoria. Viene con una de 2GB pero hoy en día 8 o 16 GB no cuestan tanto.
HTC ha sido durante un año el peor enemigo de Android y también su único amigo. Creo que finalmente han empezado a fabricar teléfonos dignos del sistema operativo de Mountain View. CLIQ hubiera sido un buen teléfono para presentar Android al mundo. Nunca hay una segunda oportunidad para una primera impresión.
La grandeza de este teléfono, lo realmente diferente, es que tus ingenieros han preparado un cocktail de redes sociales para servir frío en la pantalla de inicio, algo que, sinceramente, Nokia ha intentado con el N97 sin mucho éxito y que en menor medida tiene también la Palm Pre, en este caso mucho más integrado dentro del propio funcionamiento del terminal. Espero que en este caso la receta vaya mejor y hayas sabido dar con las proporciones exactas. Con CLIQ (o DEXT, tanto da) te juegas mucho. Yo soy de los que cree en las resurrecciones
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